« Las mujeres marcaron el inicio de ese nuevo Ermua»

El cura Jesús López Villalba, en la presentación de su libro «Ermutantes»./ ERMUBERRI

El sacerdote, Jesús López Villalba, recuerda en el libro “ Ermutantes” los años en los que Ermua pasó de ciudad dormitorio a tener identidad

Después de 20 años entre Angola y Ecuador, más otros tantos en destinos no tan lejanos, a sus 77 años, el sacerdote Jesús López Villalba, volvió a Ermua, donde ejerció de 1970 a 1977, para dar luz a su libro “Ermutantes”. Fue una presentación emotiva, con muchos abrazos y mucha nostalgia en los rostros de las numerosas personas del público que quisieron arropar así al que fue el promotor de sus iniciativas de juventud que “ en dos años consiguieron transformar Ermua de pueblo dormitorio en una villa con iniciativa.

Ya lo dijo Félix Moreno en la presentación, el libro “Ermutantes” es consecuencia de “ la llegada de dos sacerdotes jóvenes, Jesús y Victor, que aparecieron en los años 70 en Ermua, en una Honda con 3 velocidades, que nosotros conocimos con 13 ó 14 años, y de nuestra intención de que lo que ocurrió en esos años no se olvidara”. “ Después de esta idea que surgió en una cena entre Gurutze Areitio, Félix y yo, alguien le tenía que poner el cascabel al gato y fuí yo” explicaba Jesús aludiendo al motivo por el que escribió este libro.

“ Ahora estamos en disposición de reivindicar la palabra “ ermutantes” ( ermuarras y cambiantes) que se forjó entonces” adelantaba Moreno en la presentación del libro, que se puede encontrar en la sacristía, en la biblioteca y en las librerías locales.

Fue una de esas presentaciones en las que los lectores abrigan al autor y Jesús correspondió, sin duda, a los allí presentes, recordando algunas de los matices más importantes de aquellos años.

¿ Qué contiene este libro?

Los testimonios de 16 personas sobre lo que ocurrió desde el 70 al 77, con los nombres cambiados porque no importa quién lo dice sino lo que cuentan. Había que recordarlo. No quiere decir que antes no hubiera nada, pero eran incapaces de crear un movimiento.

¿Fueron años duros?

Fueron los años en que cambió Ermua. Hay que recordar cuál era la situación. Ermua era un pueblo dormitorio de Eibar. Las huelgas, las concentraciones, incluso el juicio de Burgos o la cultura no pasaban por aquí, se iba a Eibar. Se pasó de 3.000 habitantes en 1960 a los 15.000 de 1970. Incluso Ermua fue digno de que la Universidad de Deusto hiciera un estudio porque era un prototipo de desastre sociológico de la época. El trabajo lo daban las pequeñas empresas familiares, Don Teodoro habia construido 500 viviendas y un cine, pero la cultura quedaba reducida a 4 charlas en la biblioteca, 4 zarzuelas y la Cabalgata con los bueyes.

¿ Yo entonces llegaron ustedes, dos curas jóvenes?.

Sí pero no se entienda mal. Ermua lo empezaron a cambiar las mujeres. Salieron a la carretera general para parar el tráfico, enfrentándose a la Guardia Civil, cuando había muchos maridos que ni siquiera sabían lo que iban a hacer sus mujeres, para pedir colegios. Fue un grito de libertad y un escándalo para la gente bien educada, pero hay que reconocerlo y está en el libro. Hubo muchos follones en las familias, pero…

¿Se consiguió?

Sí luego se empezaron a mover los trabajadores y la juventud, pero las primeras fueron las mujeres. Marcaron ese inicio del nuevo Ermua. Trajo consecuencias muy “cachondas”. Se cerró el centro de la mujer y las mujeres retiraron sus cartillas y explicaban a otros centros de Bizkaia lo que había ocurrido. Pero no había quien las parara y luego pasaron a reunirse en los locales de la iglesia.

Los locales de la iglesia fueron fundamentales ¿no?.

Sí. Nuestra casa estaba abierta

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